lunes, 4 de febrero de 2008

Sin nada que sentir


Me desperté esta mañana y me sentí rara, no me había pasado nada, nada especial, pero ahhhhhhhhh... no sé. Me quedó un sabor raro en la boca. Como cuando después de una fantástica noche te despertás con dolor de cabeza y ese sabor metálico que te deja el whisky. De a poco las cosas comienzan a encauzarse, pero el agujero negro de mi alma sigue devorándome y devorándome. ¿cuál será el secreto? ¿cómo podré sanar? algo me dice que tiene que ver con esto, con vomitar dolores, con hacer a los otros parte de mí. Quisiera estar furiosa con todos aquellos imbéciles de mi vida, quisiera enojarme con todos los que me fallaron, me mintieron, me lastimaron o con los que simplemente corrieron su mano cuando la mía la buscó, pero no. Me importan un bledo, no significan nada y me jode. No me pasa nada. Tengo el alma anestesiada. Sólo quiero a mis amigos de siempre, a mi hijo y mi trabajo. Me gustaría llorar, morder, patear, pero no. Mi corazoncito gris sólo desea estar tranquilo y quieto, sin sobresaltos, sin tensiones. Quiero pasar los siguientes años de mi vida en una hamaca paraguaya je. ¿Será que se me ha jubilado el alma???. Basta para mí, basta para todos. No juego más. Quizás sea la realidad, el cansancio, no sé. Mis afectos son pocos y ustedes saben quienes son. Santi, Comandante, Morgana, Chechu, Ama, Apo y uno o dos más. El resto puede morir en la panza de una ballena que no me va a conmover más que el cortarme las uñas. Y no porque sea mala o fría, simplemente porque el corazón se aburrió de ustedes, pobres idiotas, que jamáz van a entender que hay más en la vida que mamarse el sábado, que me pusieron el cartel de loca sin mirar bajo mi piel, que no compartieron ni mi música ni mi poesía ni m is lágrimas, ni mi tiempo ni mi amor. A todos ustedes estúpidos tristes le digo: Sean felices, pues ya no me importa. Vivan, disfruten y multiplíquense, pues ya salieron de mi vida para siempre. Y lo mejor de todo, fue sin querer. Dios salve mi Alma con Piloto Automático je je jue.
He nacido de nuevo señores, siempre igual, siempre distinta. Pero esta vez, con menos corazón.

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